domingo, 6 de septiembre de 2009

Él decía que la amaba…

"... Sólo era una niña. Una niña a la que llenaron de promesas vacías y falsas sin ningún derecho.
Él la amaba, o eso decía. Y como la amaba la sentó en aquél banco de aquella plaza y le dijo esas palabras tan simples y, al mismo tiempo, tan complicadas. “Nunca te voy a dejar”, le prometió, pero lo hizo… no mucho después lo hizo.
Él la amaba, o eso decía. Y porque la amaba se fue, aunque eso no tuviera ningún sentido. Su mamá nunca trató de excusarlo, sabía que era algo inútil. No había explicación que pudiera ofrecerse. Quizá si él no hubiera dicho nada… Pero lo había dicho, lo había prometido y no había cumplido, simplemente se había ido.
Él la amaba, o eso decía. Pero si realmente la hubiera amado no hubiera hecho juramentos falsos a personas que esperarían que los cumpliera. Porque, ¿qué tipo de persona miente así, con algo como eso? ¿Qué clase de ser humano estafa y manipula usando el amor a su favor?
Él la amaba, o eso decía. Y cuando se fue no explicó mucho, sólo quedaron las conjeturas por hacer y cientos de especulaciones posibles, ninguna que sirviera de consuelo porque ninguna era posible, si él realmente la hubiera amado.
Con el tiempo ella dejó de creerle, incluso dejó de esperarlo, porque la crueldad de la mentira, de la promesa rota y el juramento vacío dolía mucho más que la desaparición o la ausencia. Pero tuvo que aceptarlo… Llegó un momento en el que tuvo que afrontar que, tal vez, sólo tal vez, él no la hubiera amado tanto…
Y cuando hasta la esperanza se fue, cuando la espera pareció inútil, ya no le quedó nada… nada de él que pudiera creer. Porque, si había mentido en eso, tan elemental, tan simple, ¿cómo creer que lo demás hubiera sido real? Pero nunca lo pensó, quizá porque en verdad no quería descubrir si había sido falso… Porque era lo único que tenía, lo único que le quedaba tras descubrir que la promesa, ese “Nunca te voy a dejar” en sus palabras había sido falso: la duda. La pequeña duda que aún le permitía creer en un mínimo rincón de sí que tal vez eso sí había sido verdad… La inquieta duda que aparecía al recordar cuando él decía que la amaba… "