miércoles, 24 de marzo de 2010

Memoria...


Hoy es 24 de Marzo, y no es un día como cualquier otro, al menos no para mí ni para los de mi país, Argentina. Hoy conmemoramos el 24 de Marzo de 1976, y lo llamamos: "El día de la memoria".

Hoy recordamos la fecha en la que se proclamó el último golpe militar que desencadenó una dictadura que se extendió hasta el año 1983, cuando volvimos a la democracia. Pero no quiero perderme en los detalles históricos que no son importantes. El asunto no es el gobierno militar. Mi país ha tenido más gobiernos de esa índole que democráticos, nuestra política funciona así. No... lo que recordamos hoy, son las más de 30.000 personas desaparecidas durante ese período, de entre ellos los más de 500 niños privados de su identidad que fueron separados de sus familias que hasta el día de hoy los están buscando; de los que hasta la fecha se han recuperado sólo 101.

Esa es la peor mancha en la historia contemporánea argentina... Pero necesito hablar de esto esperando que cualquier residente de otro Estado simpatice con el sentimiento porque todo país ha sufrido un gobierno de facto y toda sociedad ha tenido que lamentar la pérdida de una fracción de ella por la persecución a la libertad de ser y pensar... la libertad de elegir.

Mi madre era chica, no se dio ni cuenta de lo que pasaba, pero hasta el día de hoy recuerda las paredes agujereadas manchadas de rojo que vislumbraba recortadas en la ventana del micro escolar y las dudas y el "no preguntes, no te metas...".

Mi abuelo era un jefe sindicalista, el sector más afectado. Mi abuela pasó noches y noches con el "corazón en la boca" esperando a que él volviera a casa, sólo que volviera, porque los que un día no aparecían, probablemente no lo harían nunca más.

Yo, por mi parte, tanto como mi hermana, nací en un país libre, con el derecho a ser, pensar y decir lo que quisiera sin tener que temer por eso. No sé lo que se siente vivir con miedo, gracias a Dios. Y porque mi generación no sabe lo que se siente y no lo vivió, lo siente como historia antigua, como si hablar de esto fuera igual que hablar de Revolución por la Independencia o Colonización de América. Pero no... no es lo mismo, y al mismo tiempo sí.

Hace poco hablé con una abuela que todavía busca a su nieto, perdido en tiempos de la dictadura después de que secuestraran a su hijo y su nuera embarazada, de los que nunca más volvió a tener noticias. Nunca supo quién se los llevó, dónde los tuvieron, cuándo y cómo murieron, qué hicieron de ellos... Ni siquiera sabe si es abuela de un nieto o si lo es de una nieta... O si no lo es de nadie... Busca a alguien sin saber a quién. Y a la vez, ayuda a todas esas otras madres y abuelas a recuperar a sus familias, como si su búsqueda no fuera lo suficientemente difícil como para tener que cargar con la de los demás.

Ella me dijo: "ellos todavía están ahí, esperando por otra oportunidad...", y es cierto. Muchos de los responsables de los secuestros, torturas y asesinatos de aquella época hoy día ocupan posiciones en el gobierno nacional. Están ahí, sólo que no los vemos.

Ellos decían que estaban limpiando al país de los terroristas comunistas, de los subversivos que atentaban contra el orgullo nacional... Pero lo único que hacían era matar a todo aquel que osara pensar y no tener miedo de decirlo... Incluso uno de los presidentes de ese entonces dijo que "el pensamiento era peligroso"... Por eso los mataban, porque si las personas pensaban por sí mismas, entonces ellos no podían pensar en lugar de ellas...

Y ellos, los que están esperando a que la gente se olvide para volver a engañarla y regresar al poder, son los primeros en insistir en que "fue un hecho lamentable, pero no hay que guardar rencores. El pasado YA FUE...". Y cuando pienso en esa abuela, que es sólo una de tantas, que busca respuestas y un poco de justicia, me digo, perdón por la expresión, que NO FUE UN CARAJO.

Saber la historia es importante. Mi profesor decía todo el tiempo que "el pasado es lo único que tenemos, porque el presente es efímero y el futuro es incierto". Si conocemos la historia, difícilmente algo nos tome desprevenidos, porque la vida ya lo ha inventado todo y como humanidad sólo estamos destinados a repetirnos en eternos ciclos sin fin. Pero esto no es historia porque no es algo que, no importa cuántos digan lo contrario, ya pasó. Hasta el día de hoy prevalece como una herida abierta en la esencia de la sociedad argentina.

Algunos no se dan cuenta lo importante que es porque, repito, nacimos con la libertad de la que gozamos y no sabemos lo que es vivir con miedo. Pero todas esas personas que murieron, los que desaparecieron, los que arriesgaron sus vidas y sobrevivieron para construir la realidad que tenemos hoy, para darnos a nosotros la oportunidad de vivir en un país mejor... ellos se merecen mucho más que nuestro olvido. Dieron sus vidas por sus ideas, por los que amaban, por los que no conocían, por los que aún no existían e iban a habitar esta Tierra en el futuro, lo mínimo que podemos hacer nosotros es NO OLVIDARLOS, o mejor dicho, RECORDAR... hacer memoria aunque sea una vez al año, cada 24 de Marzo.

Todo país necesita su día de la memoria, en el cual rememorar a todos esos grandes hombres y mujeres que fueron perseguidos y perecieron, o sobrevivieron tras largas torturas o sufrimientos, en pos de un futuro mejor para las generaciones del mañana.

No los conocimos, no sabemos sus nombres o reconocemos sus rostros, pero ellos tampoco sabían los nuestros y eso no les impidió actuar en nuestro beneficio, fueron más grandes que eso. Por esa razón, que eso no resulte de excusa para desentenderse. Hay que tener un poco de compromiso con la historia, con la gente, con los que no están y con los que están por venir, tal y como ellos lo tuvieron por nosotros.

Así que hoy, los invito a hacer memoria, porque se lo merecen, porque es lo justo y, sobre todo, porque se los debemos... para que no vuelva a pasar... NUNCA MÁS...

domingo, 7 de marzo de 2010

Hoy me puse a pensar...


Hoy me puse a pensar (es una cosa mía que hago demasiado seguido)... Recordaba el pasado, analizaba el presente, intentaba vanamente predecir un poco del futuro sólo para descubrir que era inútil. Y acá estoy, escribiendo lo que concluí, porque como es común en mí necesité sacarlo afuera para que no moleste más adentro.

Pasé mucho tiempo del que he vivido lamentando errores y recriminándome por ellos. Pensé mucho en cómo deberían haber sido las cosas y no fueron, cómo debería haber actuado y no actué, las cosas que debería haber notado y no noté, las promesas que no debería haber creído e, increíblemente, creí aún sabiéndolas falsas... Sentí que si me lo repetía lo suficiente nunca iba a permitirme olvidarlo y, por consiguiente, jamás iba a tener que volver a sufrir un dolor semejante. Pero no, no me estaba protegiendo, lo único que hacía era autodestruirme lentamente.

Perdí mucho tiempo aclarando los tantos conmigo, todavía hoy mi reflejo y yo no somos verdaderos amigos, pero hace mucho también me dije que la única forma de vivir y hacerlo bien es seguir adelante y, a costa de mucho esfuerzo y voluntad, lo hice... Como pude, algo chueco, pero lo hice.

Y entonces se presentó el desafío de planear qué hacer con ese inmenso futuro que se presentaba ante mis ojos y, por primera vez, quise tener fe y apostar a aquello que amo y sé hacer mejor que nada: es ser artista y decidí que quería dedicarme a eso y nada más que a eso, que iba a hacer todo lo posible por conseguir llegar hasta la cima sin importar lo que tuviera que hacer o sacrificar de mí en el camino para hacerlo. Me prometí que no iba a dejar que nada ni nadie me desconcentraran de esa meta por nada en el mundo... Pero esto que me pasa ahora, definitivamente, no estaba en mis planes y sí, cambia el panorama de las cosas.

Podría ser algo o podría no ser nada, todavía es muy nuevo como para saberlo, pero prefería empezar a pensarlo desde ahora porque es mejor detenerlo cuando es nada a cuando ya es algo, aunque sea en mi cabeza. Y no sé, estoy confundida, no sé qué pensar: o sigo la vida tal y como la había planeado, o me salgo de la agenda y me arriesgo un poco con la esperanza de que sea algo bueno, algo positivo, algo provechoso y no algo destructivo.

Peo tengo miedo... Ya me cagaron una vez y no quiero que lo vuelvan a hacer. Tal vez sería más fácil ignorar todo esto tan familiar y nostálgicamente doloroso que me pasa y seguir adelante como si no hubiera sucedido nunca. Probablemente me ahorraría muchísimos problemas. Pero, ¿y si fuera cierto que a veces las cosas pasan por algo, las personas que nos cruzamos están ahí por una razón y que algunas veces Dios o lo que sea te envía sutiles señales para indicarte dónde está tu felicidad (que tal vez está justo del lado contrario de donde vos la estabas buscando)?... ¿Y si fuera cierto que nada es porque sí?

Por eso es que hoy estoy en un dilema: cabeza o corazón; fe o razón; planes o improvisación... y no sé qué hacer.

¿Cómo volver a creerle a un corazón que la última vez me llevó estilo kamikase a la experiencia más horrible de mi vida? ¿O cómo confiar en la razón que me hizo perderme de tantas lindas oportunidades por ser miedosa?... Ese es el quid de la cuestión...

domingo, 6 de septiembre de 2009

Él decía que la amaba…

"... Sólo era una niña. Una niña a la que llenaron de promesas vacías y falsas sin ningún derecho.
Él la amaba, o eso decía. Y como la amaba la sentó en aquél banco de aquella plaza y le dijo esas palabras tan simples y, al mismo tiempo, tan complicadas. “Nunca te voy a dejar”, le prometió, pero lo hizo… no mucho después lo hizo.
Él la amaba, o eso decía. Y porque la amaba se fue, aunque eso no tuviera ningún sentido. Su mamá nunca trató de excusarlo, sabía que era algo inútil. No había explicación que pudiera ofrecerse. Quizá si él no hubiera dicho nada… Pero lo había dicho, lo había prometido y no había cumplido, simplemente se había ido.
Él la amaba, o eso decía. Pero si realmente la hubiera amado no hubiera hecho juramentos falsos a personas que esperarían que los cumpliera. Porque, ¿qué tipo de persona miente así, con algo como eso? ¿Qué clase de ser humano estafa y manipula usando el amor a su favor?
Él la amaba, o eso decía. Y cuando se fue no explicó mucho, sólo quedaron las conjeturas por hacer y cientos de especulaciones posibles, ninguna que sirviera de consuelo porque ninguna era posible, si él realmente la hubiera amado.
Con el tiempo ella dejó de creerle, incluso dejó de esperarlo, porque la crueldad de la mentira, de la promesa rota y el juramento vacío dolía mucho más que la desaparición o la ausencia. Pero tuvo que aceptarlo… Llegó un momento en el que tuvo que afrontar que, tal vez, sólo tal vez, él no la hubiera amado tanto…
Y cuando hasta la esperanza se fue, cuando la espera pareció inútil, ya no le quedó nada… nada de él que pudiera creer. Porque, si había mentido en eso, tan elemental, tan simple, ¿cómo creer que lo demás hubiera sido real? Pero nunca lo pensó, quizá porque en verdad no quería descubrir si había sido falso… Porque era lo único que tenía, lo único que le quedaba tras descubrir que la promesa, ese “Nunca te voy a dejar” en sus palabras había sido falso: la duda. La pequeña duda que aún le permitía creer en un mínimo rincón de sí que tal vez eso sí había sido verdad… La inquieta duda que aparecía al recordar cuando él decía que la amaba… "

lunes, 25 de mayo de 2009

Cuando conocerse duele...

Somos seres defectuosos, lo sabemos, pero a veces duele tanto que te lo digan...

Soy alguien difícil para relacionarme, es decir, no me es sencillo hacerlo y no es sencillo para el otro aguantarme. Tengo ciertas actitudes feas, ¿quién no?, pero... no sé, al parecer las mías son más insoportables que las de los otros. "Por eso todos te odian...", es algo que repetidamente me han dicho y, a veces, sólo a veces, duele...

Cuando sos adolescente hay algunas actitudes de rebeldía y otras tantas que implican el proceso de crecer que son inaguantables. Suelo despertarme un día de mal humor y contestar mal a alguien que no se lo merece, o quizá se me da alguna que otra vez ese no entenderme a mí misma y actuar como si fuera inestable... sí, es cierto...

Me han dicho que soy soberbia, que no soporto que me digan que me equivoco, mejor dicho, que no soporto no tener razón... y es cierto... hasta un punto. No soporto equivocarme porque no aguanto ser imperfecta. Me enoja no tener razón, pero no me molesta que otro la tenga. No es por inferioridad hacia otros, es por inferioridad conmigo misma, porque significa que no importa cuánto lo intente nunca voy a llegar a ser suficiente.

Tengo un gran complejo con el ser rechazada, quizá por eso me esfuerzo demasiado para que me acepten o no me esfuerzo nada. Ninguna de las dos opciones son buenas: la primera porque se nota cuando sobreactúas algo, y la segunda porque parece que nada te interesa.

Si uno se lo pone a pensar, ¡qué difícil que es la gente!, nada los conforma... pero: ¿hay realmente que conformar a los otros? Me han dicho que tengo que ser yo misma, pero: ¿quién soy "yo misma"?, ¿conozco de verdad esa porción de mi personalidad?, ¿acaso alguien la conoce?

Siempre me pareció que me pedían demasiado cuando me decían que fuera yo misma y, además, que era una gran contradicción. El mundo, al final, no quiere que seas vos mismo sino que "vos mismo" sea lo que ellos quieren que seas. Uno mismo viene con el kit completo: con todas tus virtudes y, desgraciadamente, con todos tus defectos. Es a ellos a los que les tememos; nos da miedo que si el otro conoce lo malo que viene con el ser vos ya no le intereses más, ya no quiera estar cerca tuyo... es que a veces pasa. Nos dicen que nos aceptan con nuestros defectos pero contínuamente nos los recriminan. No digo que uno no pueda crecer, mejorarse, aprender a controlar las partes más "feas" de uno mismo, sólo digo que no porque las controlen desaparecen. Tus defectos nunca se van, sólo surgen menos. Lamentablmente, para el mundo "surgir menos" nunca es suficiente, siempre les molesta. Enonces, ¿es cierto que te aceptan con tus defectos?

Con el tiempo uno se conoce más y más y, en ocasiones, descubre cosas que preferiría no haber sabido nunca. Sé cosas de mí que... no me gustan. He llegado a odiarme por eso hasta el punto de no querer vivir más. No matarme, no... simplemente resignarme a no vivir. Aún trato de salir de eso, en realidad, creo que es de lo que se trata la vida: de intentar buscar cada mañana una razón para levantarte y cada noche algún motivo por el que valió la pena haberlo hecho. Por eso es que ciertas frases duelen y no deberían ser dichas jamás. "Por eso es que todos te odian"... Algunas palabras no te dan ganas de seguir haciendo el intento o te las quitan. Te hacen pensar que no sirve seguir haciendo el esfuerzo. Te dan deseos de quedarte ahí sentadito esperando a que el tiempo pase y te lleve con él.

¿Vale rendirse? Yo lo he intentado. Yo lo he hecho. Pero, por algún extraño motivo sigo aquí. Me gusta pensar que hay una muy buena razón para eso, que hay alguien o algo que tiene grandes planes para mí, que hay alguna cosa que tengo que hacer todavía, que mi trabajo aún no terminó... Y eso me impulsa a levantarme cada mañana: el deseo de buscar qué es. A veces no es suficiente, pero sirve y vale la pena cuando una noche te acuestas y piensas: "hoy hice algo importante".

Yo creo que mi arte es mi gran tarea en este mundo porque, al fin y al cabo, no todos son artistas y si yo nací con esta capacidad, con este don, tiene que ser por algo, ¿no?... Así que aquí estoy, intentando, como todos, aunque algunas veces cueste, aunque a veces te lo hagan difícil, aunque algunos días quiera rendirme, porque quiero pensar que, de alguna forma, al final valdrá la pena.

miércoles, 20 de mayo de 2009

La hora de la retirada...


¿Cuándo es hora de irse? ¿Cuándo es el momento de decir: "Ya no tengo más que hacer por aquí", y cantar retirada? ¿Qué es más digno: rendirse antes de la derrota con la cabeza en alto o pelear hasta el final aunque ya esté todo perdido?

No siempre en la vida se gana, es algo que debemos asumir. Ahora, ¿cuál es la forma más digna de perder?

Personalmente nunca admito una derrota. Siempre me consideré una ganadora y me dije: "Yo siempre gano"... "Yo siempre gano", que no es lo mismo que decir "Yo nunca pierdo", porque de una forma u otra siempre hay cosas que quedan en el camino mientras vamos avanzando y sería una irrealidad decir eso. Hablar de siempre ganar significa buscarle a la derrota algo positivo que guardar en la memoria, para no olvidar.

No olvidar... es un pilar de mi vida. Aprendí después de un tiempo de intentar borrar eternamente ciertos recuerdos que hacerlo no me haría ningún bien. Sé que es una frase trillada, pero es cierto que "de los errores se aprende". Yo agrego: "de los errores se crece". Después de haber cometido grandes equivocaciones (¡y cuántas aún me faltan por cometer!) es que crecí como ser humano, me hice mejor persona. Aprendí que no lo sé todo, que aún me falta crecer, que tengo límites, que soy humana, que ser inteligente o astuta no me iba a eximir de cometer estupideces o comprar espejos de colores una vez de vez en cuando. Aprendí a escuchar, a valorar al otro, a creer y a desconfiar... Soy quien soy por todo lo malo que me ha pasado o que he hecho, porque de ahí supe extraer enseñanzas en lugar de guardar rencores. Pero no digo que eso sea fácil, no... Tardé un par de años en tratar con todo eso. Es un proceso complicado y sumamente doloroso en el que piensas que no vas a salir nunca del pozo en el que estás hasta que algún día, de alguna forma, sales...

Nunca admito mis derrotas porque creo que si uno lo intenta puede encontrar la manera de ganar siempre algo... Intentar, lo que significa que no siempre sale.

Hoy decidí alejarme de alguien a quien quiero muchísimo, precisamente por eso: porque lo quiero. "Dos son compañía y tres son multitud", por eso en vez de entrometerme, me aparto.

Creo que esa es la manera más digna de perder, la única forma de ser derrotado con un poco de gracia: perder porque te dejas ganar y te dejas ganar porque hay algo que vale mucho más que la simple y llana victoria, la verdadera victoria es haber hecho algo bueno y saber que tu sacrificio vale la pena porque aquel que amas está feliz y sonríe.

Así que ahora voy a fingir llorar por los rincones lamentando la derrota, pero en realidad, me voy a estar riendo de contenta porque, de alguna forma, salí ganando una vez más...


I love you, goodbay (Te amo, adiós) - Celine Dion

Wish I could be the one...
(Desearía poder ser aquella...)
The one who could give you love
(...aquella que te pueda dar amor)
The kind of love you really need
(la clase de amor que realmente necesitas)
Wish I could say to you
(Desearía poder decirte)
That I'll always stay with you
(que siempre me quedaré contigo)
But baby that's not me
(pero amor, esa no soy yo)
You need someone willing to give their heart and soul to you
(Tú necesitas a alguien dispuesto a entregarte su alma y corazón)
Promise you forever, baby that's something I can't do.
(prometerte la eternidad, amor eso es algo que no puedo hacer)

Oh, I could say that I'll be all you need
(Oh, podría decir que seré todo lo que necesites)
But that would be a lie
(pero eso sería una mentira)
I know I'd only hurt you
(Sé que sólo te lastimaría)
I know I'd only make you cry
(sé qie sólo te haría llorar)
I'm not the one you're needing
(Yo no soy quien tú necesitas)
I love you, goodbye...
(Te amo, adiós...)

I hope someday you can find some way to understand I'm only doing this for you
(Espero algún día puedas encontrar la forma de entender que sólo hago esto por ti)
I don't really wanna go
(Realmente no me quiero ir)
But deep in my heart I know this is the kindest thing to do
(pero en el fondo de mi corazón se que es lo mejor)
You'll find someone who'll be the one that I could never be
(Encontrarás a alguien que sea aquella que yo nca pude ser)
Who'll give you something better
(que te de algo mejor)
Than the love you'll find with me.
(que el amor que encontrarías conmigo)

Oh, I could say that I'll be all you need
(Oh, podría decirte que seré todo lo que necesitas)
But that would be a crime
(pero eso sería un crimen)
I know I'd only hurt you
(Sé que sólo te lastimaría)
I know I'd only make you cry
(sé que sólo te haría llorar)
I'm not the one you're needing
(Yo no soy quien tú necesitas)
I love you, goodbye...
(Te amo, adiós...)

Leaving someone when you love someone
(Dejar a alguien cuando lo amas)
Is the hardest thing to do
(es lo más difícil de hacer)
When you love someone as much as I love you.
(cuando amas a alguien tanto como yo te amo a ti)

Oh, I don't wanna leave you
(Oh, no quiero dejarte)
Baby it tears me up inside
(amor, me destruye por dentro)
But I'll never be the one you're needing
(pero yo nunca seré quien tú necesitas)
I love you, goodbye..
(Te amo, adiós...)

Baby, it's never gonna work out
(Mi amor, nunca va a funcionar...)
I love you, goodbye...
(Te amo, adiós...)

sábado, 9 de mayo de 2009

Lo que se pierde...

Creo que todos somos así: un poco desagradecidos. Tendemos a desear lo que está más allá de nuestro alcance cuando, a veces, todo lo que querías estaba justo ahí, frente a tus ojos; y mi edad, esa donde querés, querés y querés, te hace pasar a máxima velocidad junto a cosas maravillosas sin tener tiempo de percibirlas, apreciarlas, o quizá sólo prestarles atención.

A veces no es una cosa, algunas veces son personas. ¡Oh, qué terrible es "perder" a alguien!... Te hace sentir estúpido y duele... duele tanto...


Tenía catorce años la primera vez que me enamoré. Tenía sólo quince cuando me quitaron todo y me destruyeron, dejando nada de lo que solía ser.

Entonces me sentía tan poco humana, sentía que había perdido precisamente eso: la capacidad de sentir... Ahí fue que apareció ÉL, cual caballero de armadura brillante. Me refugié en él, en sus palabras, en la forma en la que me demostraba que le importaba que yo estuviera bien... Creyó en mí, me encontró cuando ni yo misma podía hacerlo y así, poco a poco, me hallé para no perderme más: más fuerte, más grande, un poquito más sabia... Fue el primero que me dijo aquellas dos palabras que son tan lindas y que todos quieren oír: TE AMO. "Te amo tal y como sos", en un momento en el que no era nada, o tal vez muy poco. Supe en ese mismo instante que mi respuesta era "sí" pero, aún no era yo misma, no tenía mucho que ofrecer y pensé que lo quería tanto que no podía hacerle eso: obligarlo a quedarse con tan poco cuando él valía tanto, ser tan egoísta como para arrastrarlo conmigo en mi depresión... No, no pude hacerle eso.

Mantuvimos contacto, nos declaramos amigos, le dimos a nuestra relación el nombre de amistad platónica (aquella relación de amor en la que no se pretende el romance o cualquier cosa que tenga que ver con eso, donde ese amor es aún más fuerte que la atracción física). Y no me molestaba, yo estaba contenta, lo único que no quería era... que se fuera. Tal vez tenía miedo de que si así era, no podría volver a encontrarme yo.

Pero ya hace años de eso... y él no podía esperarme para siempre. Curiosamente su novia tiene el mismo nombre que yo, se enamoró de lo mismo que yo, es artista como yo... ¡Coincidimos en tanto! Sólo que ella se animó a pararse donde yo habría podido y no lo hice...

Aún no la conozco y, en realidad, no sé si quiero hacerlo. Por ahora ella es sólo una intrusa de fantasía entre el lazo mío con él, si la conociera sería como admitir que realmente existe, que de verdad yo no soy más el "centro de su universo"...

¿Cuestión de ego o amor dolido? ¿Cobardía o humanidad? Quizá un poco de las dos... quizá ni un poco de ninguna... Lo único que sé es que cuando él me la presente yo la voy a saludar, le voy a sonreír y le voy a decir: "Él te ama a vos, y no sabes lo afortunada que sos por eso..."

jueves, 7 de mayo de 2009

Esta soy yo...

Me verán aquí firmar bajo el nombre de Mary-Bell Daniels (que por supuesto no es mi verdadero nombre...) no porque quiera ocultarme tras un seudónimo sino precisamente por todo lo contrario, porque quiero brindarme por completo sin miedos y sin presiones.

Mary-Bell Daniels es mi nombre artístico. Lo uso para actuar, escribir, cantar, bailar... Soy alguien a quien le gusta expresarse y elige el arte para hacerlo. ARTE, con todo el peso de esa palabra: transmitir un sentimiento pretendiendo que llegue a otro, comunicar de forma implícita algo que está dentro tuyo y que el otro lo entienda, y hasta lo sienta también.

Tengo diecisiete años. Estoy en una etapa de mi vida donde todo se piensa y se repiensa cientos de veces; donde uno conoce y descubre cosas nuevas del mundo, la vida y uno mismo; donde uno aprende a pensar, a sentir y a ser humano... Precisamente por eso es que decidí abir este blog, porque desde siempre me pasó filosofar mucho y sentir la necesidad de escribirlo para poder visualizar el pensamiento o el sentimiento así "estudiarlo", comprenderlo y crecer... Hoy decido que también lo quiero compartir, con el fin de que estés de acuerdo o disientas conmigo, para que pensemos juntos, para que encuentres en "mi arte", mi voz escrita, mi filosofía hecha prosa algo que quizá te sirva, quizá te pasó, tal vez te interese, porque al final eso es hacer arte: llegar a otro...

Así que heme aquí, para escribir lo que se me pasa por la cabeza y sacarlo afuera como mejor me salga... Veremos si funciona...